Las guerras árabe-israelíes

1. Guerra árabe-israelí de 1948

      Al comienzo los judíos sufrieron muchas bajas al intentar mantener el control de la carretera entre Jerusalén y Tel Aviv (28). Pero los árabes estaban demasiado divididos y poco preparados para obtener una victoria decisiva. La contienda se desarrolló prácticamente sin la participación de los árabes palestinos. Los ejércitos árabes, mal preparados, intervinieron más motivados para oponerse a los planes del rey hachemí Abdullah de Transjordania (29) que para ayudar a los palestinos, a cuya huida y transformación en refugiados contribuyeron con demagógicas promesas de retorno victoriosos. En contra de todos los vaticinios, los israelíes consiguieron una gran victoria.


Fuente: Egyptpolitica

      El éxodo de los palestinos que huían de las zonas controladas por la Haganah se convirtió en desbandada general a partir de la masacre de Deir Yassin (1948), la aldea árabe en que los terroristas judíos asesinaron a más de 250 ancianos, mujeres y niños (los hombres estaban ausentes), el 9 de abril en una operación de inusitada ferocidad que minó la moral de los árabes. Éstos se vengaron 3 días más tarde, al aniquilar un convoy sanitario judío, causando al menos 50 muertos.

     Matanzas judías similares se produjeron en otras aldeas palestinas como SalihaDawayima o Abu Shusha, que provocaron una ola de pánico entre la población civil palestina y tuvieron gran importancia en el éxodo de la mayoría de la población árabe de Palestina hacia Gaza y Cisjordania o hacia otros países árabes

     El 14 de mayo de 1948, pocas horas antes de que los británicos pusieran fin al mandato, los representantes del sionismo mundial celebraron una reunión en el Museo de Tel Aviv, en el curso de la cualDavid Ben Gurión proclamó el nacimiento del Estado de Israel. Al día siguiente, en medio de la indiferencia británica, calificada de cínica por árabes y judíos, comenzó la guerra. Los ejércitos de cinco estados árabes irrumpieron en Palestina e iniciaron las hostilidades.

      Tras la humillante derrota del ejército egipcio, los acuerdos de armisticio fijaron una situación provisional que sólo satisfacía a los británicos y a sus aliados hachemitas: la partición de Palestina entre un Estado Judío, engrandecido y fortalecido, y unos territorios árabes (Cisjordania y la ciudad vieja de Jerusalén) que fueron anexionados por el rey Abdullah para constituir el reino de Jordania. El éxodo de los palestinos (casi medio millón de refugiados en los Estados árabes limítrofes) fue una consecuencia casi inevitable de la segregación que había prevalecido durante el mandato británico, agravada por la demagogia de los dirigentes árabes.  

     El sionismo intentó en sus comienzos mediante engaños atraerse las simpatías de los intelectuales y personas progresistas de confesión judía o no, para la  supuesta causa,  con la supuesta creación de dos estados (Israel y Palestina) sobre la base de respeto mutuo, lo cual no era más que una patraña para confundirlos.

     La falsedad de la propuesta sionista quedó demostrada con la nakba (en árabe "catástrofe" o "desastre") o éxodo palestino, en referencia a los refugiados palestinos o personas cuyo lugar de residencia habitual era el Mandato Británico de Palestina entre junio de 1946 y mayo de 1948 y que perdieron sus casas y medios de vida como consecuencia de la Guerra árabe-israelí de 1948.


Refugiados palestinos en 1948. Fuente: Wikipedia

    En 1948 cientos de miles de palestinos fueron desposeídos y expulsados de sus hogares y de sus tierras: más del 60 por ciento de la población total palestina fue expulsada. Más de 530 aldeas palestinas fueron despoblados y destruidas totalmente. Hasta la fecha, Israel ha impedido el regreso de aproximadamente seis millones de refugiados palestinos, que, o bien han sido expulsados ​​o desplazados.


La nakba de 1948. Palestinos expulsados de sus tierras y sus hogares. Fuente: Desertpeace

     En 1948 los sionistas ocuparon el 78% del territorio (posteriormente, en 1967 Israel ocuparía el 22% restante: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este). Tras la guerra muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron, a pesar de que en diciembre de 1948 Naciones Unidas aprobó la resolución 194 -incumplida hasta hoy, confirmada en repetidas ocasiones- y ratificada en la resolución 3236 de 1974, que establecía el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares o a recibir indemnizaciones.



La nakba de 1948. Palestinos expulsados de sus tierras y sus hogares. Fuente: Desertpeace

      Solo pudieron permanecer dentro de Israel, en muchos casos como desplazados, unos 150.000 palestinos, el 15% de la población, que en 1952 accedieron a la ciudadanía. Son los llamados árabes-israelíes.


La nakba de 1948. Palestinos expulsados de sus tierras y sus hogares. Fuente: Desertpeace

     Al ganar la guerra los judíos ocuparon lo que conocemos como Territorios Ocupados. El pueblo palestino quedó en un limbo precario y semilegítimo hasta el final de la Guerra de los Seis Días en 1967. Palestina se convierte a partir de este momento en una nación refugiada. La resolución 242 de la ONU tras la guerra establece la retirada de Israel de dichos territorios, que Israel rechaza y que constituye el centro del conflicto que dura hasta nuestros días.

     El Estado de Israel surgió de una ocupación militar, brutal y tremendamente injusta,  barbarie que intentan ocultar a la opinión pública occidental cuando entre 1947 y 1948 cometieron horrendos crímenes contra los palestinos e iniciaron y forzaron el éxodo del pueblo palestino. Con embustes y mentiras vienen contando a la opinión pública que los palestinos (cerca del millón de personas en 1948) se marcharon de sus tierras azuzados por sus dirigentes, una retahíla de mentiras sionistas  que no hacen más que repetir desde hace decenios

    Esta guerra inició el exterminio del pueblo palestino a manos de los sionistas y el placaje total de sus adversarios y críticos a través de la manipulación del “holocausto judío”, coartada sionista que utilizaron para justificar el pogromo palestino.

      Está muy bien que los ciudadanos aprendan a diferenciar entre el régimen genocida sionista que gobierna Israel y los ciudadanos de Israel, además de no tolerar que los sionistas acusen a quienes critican sus crímenes de “antisemitas”. Porque no son semitas los judíos y, cuando se les critica, sólo se ataca y condena a los sionistas y no al resto de ciudadanos israelís. No se puede consentir que todo aquel  que critica  las atrocidades  del Régimen, pasa  a ser tachado de facha por los sionistas.

Notas:

28. En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías clandestinas  elaboraron el Plan Dalet, cuyo fin era, entre otras cosas, hacerse con el control de la vía que unía Jerusalén con Tel Aviv, una zona que no figuraba como futuro territorio israelí en el plan de partición de la ONU. De ese modo expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. Es decir, ya hubo entonces un plan de limpieza étnica.

29. El rey Abdullah o Abd Allah fue un personaje poco popular entre los árabes de Oriente Medio debido a su política clientelar respecto de Estados Unidos y Gran Bretaña, su cercanía a Israel y la represión que desató contra sus detractores. Por otro lado, Abd Allah -y su hermano Faysal-, no abandonó nunca la ambición hachemí de ser rey no de la artificial Transjordania sino de un reino árabe unificado, lo que le granjeó la enemistad de las capas dirigentes de otros Estados árabes, y en especial la de los saudíes. Los hermanos Faysal y Abd Allah fueron colocados a la cabeza de sendos países creados artificialmente por el gobierno británico y sometidos a su tutela: Iraq y Transjordania, en realidad un corredor a través del desierto que comunicaba las dos zonas de influencia británicas importantes: Irak y Palestina.


El conflicto judeo-palestino

·   La Intifada

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