Beato de Burgo de Osma

      Se trata de un beato iluminado por el monje Martino en 1086 procedente del Monasterio de Sahagún. Sus dimensiones son 370 x 265 mm., con 166 folios de pergamino, 332 páginas en letra visigoda y 71 miniaturas. Su estado de conservación, en la catedral del Burgo de Osma (Soria) es bueno. Existe una edición en facsímil de Vicent García Editores.



Entorno histórico
      En 1086 un monje llamado Pedro lo escribió, iluminándolo Martino, si bien algunas páginas parecen ser obra de otros autores de menor calidad. Aunque se desconoce el scriptoriun de origen, por sus características, se supone que se realizó en un monasterio leonés. B. P. Shailor y J. Willians creen que hay suficientes motivos para considerarlo como una obra del scriptorium de Sahagún.

     Sin duda, la ilustración que ha hecho famoso a este Beato de Burgo de Osma es el mapamundi.


Mapamundi Beato Burgo de Osma



      Los hombres de la Edad Media europea no habían visitado los países que los geógrafos griegos describieron, convirtieron los mapas en sólo eso, nombres.  Los mapas medievales eran ideales, imaginaban el mundo, tal y como debía ser y también tal y como lo habían leído a los griegos, pero el reino de las amazonas, era eso, sólo un nombre, una referencia vaga que sin embargo les daba la sensación de conocer.  Por ejemplo, podéis ver al oeste del mapa del Burgo de Osma, el reino de los esciápodos, los hombres que sólo tenían un pie, pero tan grande, que lo utilizaban para darse sombra con él.

    Se sabe que en 1203 estaba en el monasterio de Carracedo, después se le pierde la pista y aparece en un inventario de libros antiguos del obispado de Burgo de Osma a principios del siglo XIV, conservándose en la actualidad en la Biblioteca Capitular de la Catedral del Burgo de Osma.

     Desde entonces –según Turismo prerrománico- había habido muy poca información sobre este importante manuscrito y en las pocas ocasiones en que se mencionaba no se hacía ninguna referencia a su calidad, e incluso en algunos casos ni siquiera se indicaba que se trataba de un manuscrito miniado. Fue a partir de 1931 y gracias a que
Timoteo Rojo Orcajo publicó un artículo sobre él en Ars Studio cuando pasó a ser conocido y valorado. 



Descripción
     
      Como ya hemos explicado, todos los beatos surgen de la copia de un manuscrito miniado que recogía los comentarios sobre el Apocalipsis de San Juan que realizó el beato de Liébana el año 776, abad del monasterio San Martín de Turieno (actualmente conocido como Santo Toribio de Liébana), estas apostillas se conocen como el Beato de Liébana.




     Los llamados beatos son las diferentes copias realizadas de este libro que pretendía calmar a los creyentes que veían cercano el fin del mundo a causa de la invasión musulmana y el final del reinado cristiano visigodo.

    Según el tiempo transcurrido en las copias, respecto a la original, se van produciendo cambios en la pictórica y en el texto. En el estado actual de nuestros conocimientos, la mayoría de los autores admite la existencia de varias redacciones o ediciones de la obra de Beato, frente a Neuss y otros estudiosos, que habían propuesto un arquetipo único, del cual el mejor representante sería, a su juicio, el Beato de Saint-Sever, del siglo XI. Según Sanders, los Comentarios han sido redactados tres veces en vida de Beato, la primera en el año 776 (Beatos de la Biblioteca Nacional de Madrid vitr. 14-1 y Saint Sever), la segunda en el 784 (Beatos de El Escorial, Osma y Lorvao) y la tercera, definitiva, en el año 786 (Morgan MS. 644), y añade una cuarta posterior a su muerte que se reflejaría en códices como el Beato de Gerona.



     A pesar de la divergencia de sus reconstrucciones de la genealogía de los Beatos, Neuss y Sanders clasificaron los manuscritos en los mismos tres grupos (las familias I, IIa, y IIb de Neuss). Klein ha admitido recientemente estas cuatro redacciones y las fechas de las dos primeras, pero ha postergado la fecha de la tercera hasta después de la muerte de Beato. Es decir, que según este autor la familia I representa las dos ediciones textuales hechas en vida de Beato (776 y 784) mientras que la familia IIa refleja una larga recensión textual del siglo X, de la cual se nos da una versión revisada en la familia IIb.

       La versión que nos ocupa corresponde a la familia I de la adaptación pictórica, aunque tiene modificaciones en algunas imágenes, sin que se haya ha podido determinar si son innovaciones de este Beato o si provienen de otro anterior que sirviera a Martino de modelo.



      En cuanto la versión textual, hay coincidencia en que corresponde a la datada en el año 784, lo que implica, debido a las diferencias en los distintos criterios de clasificación de los expertos, que según Klein pertenece a la primera versión textual, mientras que para Sanders, que opina que la primera versión es la del año 776, ésta sería la segunda.  




    Está muy relacionado con el  Beato de Lorvao, escrito cien años más tarde, por lo que se supone los dos se copiaron a partir del mismo beato anterior o que en la confección del de Lorvao se utilizó directamente este Beato como modelo. No obstante, la calidad del manuscrito del Burgo de Osma es muy superior a la del beato portugués. 




      Estos dos beatos, a pesar de su escritura visigótica, son los primeros peninsulares con una iconografía del románico. El único Beato románico conocido anterior a éste es el de Saint Server, que fue creado unos años antes en un monasterio francés. Esto nos hace suponer que el manuscrito fue realizado en el scriptorium de un monasterio de adscripción cluniacense o bajo la autoridad de un obispo de esa orden, que fue la principal introductora del arte románico y la liturgia gregoriana en España. El monasterio de Sahagún en esas fechas estaba dirigido por el abad Bernardo, que había implantado la observancia cluniacense y posteriormente sería arzobispo de Toledo. 




       Aunque aún conserva las arquerías de herradura en la representación de elementos arquitectónicos, en el Beato del Burgo de Osma ya se han sustituido los personajes mozárabes por cortesanos, y por guerreros con cotas de malla y yelmos, todo ello según los usos del siglo XI.

       Las caras tienen largas narices convexas, con ojos como subrayados, mejillas moteadas y los brazos son muy largos, con una estrecha unión con los hombros, presentando habitualmente uno o dos dedos extendidos, también muy largos. Los pliegues de los ropajes pierden abstracción, dejando paso a las imágenes racionalistas y naturalistas que significan un gran cambio en la forma de presentación del mensaje apocalíptico, pero conservando el mismo sabor especial de todos sus antecesores.

      Las miniaturas son de gran calidad y expresividad, a base de colores opacos en tonos azul oscuro y rojo, así como amarillos, verdes y púrpura. En muy pocos casos se utilizan fondos con bandas de distintos colores. Sin embargo su autor ha dedicado escasa atención a los encabezamientos y a las letras iniciales, que son de poco interés. 
Conclusiones
     En resumen, el beato del Burgo de Osma está considerado como la obra culminante del siglo XI y como uno de los manuscritos más bellos y de mayor interés para el estudio de la miniatura altomedieval española, no sólo por su calidad, tanto caligráfica como pictórica y por sus especiales características al corresponder a la primera versión pictórica y textual según Klein, sino también porque es a la vez el último beato escrito con letra visigótica y el primero en estilo románico. 
Galería


Adoración del cordero místico









Bibliografía
Arte y Arquitectura española 500/1250: Joaquín Yarza
Beato de Osma Español-Inglés: Arranx Arranz, José y otros autores (Vicent García Editores)
El ms. 126 del Archivo Capitular de El Burgo de Osma: un nuevo testimonio del Excidium Troiae. Nuria del Castillo Lebourgeois Universidad Complutense de Madrid
La Miniatura Románica en España. Estado de la Cuestión. Joaquín Yarza Luaces. Universidad Autónoma de Barcelona.
KLEIN, P. K., "La tradición pictòrica de los Beatos", Grupo de Estudio del Beato de Liébana. Actas del Simposio para el estudio del “Comentario al Apocalipsis" de Beato de Liébana, Madrid, 1978, pàg. 91-92, ff. 3,4,5,5,7.
NEUSS, W., Die Apocalypse des HI. Johannes in der altspanischen und altchristlichen Bibel-illustration, Munich de Westfalia, 1931, n° 44, pàg. 188, f. 224.
SANDERS, H. A., Beati in Apocalypsin, Libri duodecim. Acadèmia Americana de Roma, Roma, 1930, pàg. 487; volumen de estudios que acompafla a la edición facsímil de Edilan, Madrid, 1975, pàg. 737-738.
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