El “modelo” del árbol y Herbert Spencer

      Puesto que las innumerables especies animales y vegetales
 no fueron “creadas” por ningún milagro sobrenatural sino que
“evolucionaron” por transformación natural, su sitema natural
Tenía la forma de un árbol genealógico.

(Haeckel, Los enigmas del Universo)


      En Inglaterra, Thomas Henry Huxley, alumno de Darwin e inventor del término “darwinismo”, aunque no asimiló realmente la teoría de selección natural, difundió la doctrina de los arquetipos y de los “eslabones perdidos”. Adelantó de esta manera la existencia de un eslabón perdido entre los pájaros y los reptiles, antes de que se descubriera en las montañas del Jura un fósil del Urvogel arqueopterix. Huxley también modificó el darwinismo introduciendo la idea de progreso, más bien ausente (o, en cualquier caso, muy discreta) en los escritos de Darwin.



Archaeopteryx Lithographica. Reproducción de Gregory Paul

    Esta misma idea de una evolución lenta y gradual, sin grandes crisis, orientada hacia el progreso está en la base del evolucionismo social de Herbert Spencer (1820-1903), convencido de poder aplicar los principios darwinistas a un programa político prudentemente reformista.



Thomas Henry Huxley y Herbert Spencer

     Herbert Spencer  pertenece a la escuela filosófica del positivismo y es fundador del darwinismo social. Su interpretación del mundo basada en la razón y en la ciencia se hizo famosa en los Estados Unidos antes que en su propio país, gracias a su amigo y mecenas Livingstone Youmans. En 1894, su controversia con August Weismann sobre la herencia de los caracteres adquiridos tuvo un eco considerable. Como lamarckista creía en "la herencia de los caracteres adquiridos", mientras que Weismann defendía que el material hereditario de un organismo está contenido exclusivamente en las células reproductivas (espermatozoides y óvulos).

     Entre las numerosas obras que escribió, nosotros destacaremos Principios de psicología (1855), Ensayos científicos (1858-1862, ed. Esp. 1908), Los primeros principios (1862, trad. Esp. 1905), Principes de biologie (1867, trad. franc. 1878), La ciencia social: fundamentos de la sociología (1874-1875), trad. Esp. 1906).

     Aunque fue tachado de “darwinista social”, en realidad, Spencer tampoco comprendía a Darwin. Spencer no aceptaba la teoría de Darwin, proponiendo una versión del lamarquismo, de acuerdo a la cual los «órganos» se desarrollan por su uso (o degeneran dado la falta de uso) y esos cambios se transmiten de una generación a otra. Según Spencer, es necesario que el ser humano, como los animales, conserve cierto grado de crueldad, para asegurar su supervivencia: la lucha y la fuerza forman parte de la evolución, Pero tras obtener la seguridad, someter a los animales y a las “razas inferiores”, el hombre debe “humanizar” su relación con la naturaleza. Afirmaba que los más fuertes, los vencedores sociales, era preciso ayudaran a los más débiles, apelando al voluntarismo caritativo.



Herbert Spencer como una estatua de perro a punto de llevar bozal. El pie de foto para la portada de revista satírica Puck de 1883 dice lo siguiente: "La Sociedad para la Supresión de la Literatura Blasfema propone querellarse en contra de los profesores Huxley, Tyndall y Herbert Spencer, así como otros que, por sus escritos han sembrado la incredulidad generalizada, y en algunos casos el ateísmo”

      Spencer comenzó estudiando embriología, siguiendo los estudios del científico alemán Carl Ernst von Baer, autor de Ueber Entwicklunggeschichte der Thiere: Beobachtung und Reflexion (1828), donde defendía la teoría epigenista. Como ya vimos anteriormente, el epigenetismo (término acuñado por William Harvey) es la teoría embriológica según la cual el organismo no está preformado en el cigoto, sino que se desarrolla como resultado de un proceso de diferenciación a partir de un origen material relativamente homogéneo. El epigenetismo se opone al preformacionismo. En "Ovi Mammalium et Hominis genesi" (1827) von Baer describió el desarrollo de los mamíferos a partir del óvulo. Se probaba, así, por vez primera, no sólo la existencia del óvulo, sino también los estadios de blástula y notocordio.



Embrión de pollo mostrando los primeros síntomas de circulación sanguínea. Dibujado por D'Alton para ilustrar la obra de Christian Pander Beiträge zur Entwicklungsgeschichte des Hühnchens im Eye, Brönner, Würzburg (1817). Fuente: Wikipedia


Karl Ernst von Baer (1792-1876)


      Spencer abandonó la embriología en 1834 y partió hacia San Petersburgo, donde fundó la antropología rusa, se interesó por la ecología y, al final de su vida, escribió ensayos contra las teorías darwinistas (1876).

     Criticó las tesis de Haeckel (especialmente su “ley de recapitulación”, teoría según la cual la ontogenia recapitula la filogenia) y propuso la “ley de diferenciación” como base fundamental del desarrollo biológico.

      Según Spencer, todos los fenómenos como la diferenciación de las estrellas y de los planeta a partir de una nebulosa gaseosa, la variedad de las especies vegetales y animales, la complejidad y la división del trabajo en las sociedades modernas, representan diferenciaciones progresivas desde lo homogéneo hacia lo heterogéneo, de lo indefinido a lo definido, de lo simple a lo complejo, como un pollito desarrollándose a partir de un huevo.

Spencer sociólogo

      Spencer fue el primero en usar la palabra "función" como término técnico para el análisis de la sociedad. Los antropólogos americanos se refieren a la clase de estudios de la sociedad que realizan con este término  como "Funcionalismo".

     Adaptó los principios de la Biología para explicar sus investigaciones sociológicas, formulando sus ideas sobre la sociedad como un organismo y sobre la división del trabajo como equivalente a la especialización fisiológica de funciones. Los conceptos de estructura y función quedaron así concluidos en el lenguaje de las Ciencias Sociales.

     Estableció un  estrecho paralelismo entre las sociedades humanas y los organismos biológicos, tanto en la forma de su evolución, como en la manera que se conservaban vivos, gracias a la dependencia funcional de las partes. En la sociedad, así como en un organismo, se produce una eliminación y sustitución perpetuas de partes junto con una integridad constante del todo. A esta comparación de los miembros individuales de la sociedad corresponden las células del organismo. Se trata de algo más que una metáfora: Spencer creía que las leyes de la Biología podían aplicarse tanto a los agregados de células como a los agregados de individuos.



      Pensaba que las sociedades se desarrollan mediante la diferenciación de funciones, del mismo modo en que se ha demostrado que se desarrollan los organismos biológicos. Observó que un órgano aumenta de volumen como consecuencia de cumplir activamente las obligaciones que le impone el cuerpo como un todo; por analogía, en la sociedad el órgano biológico es sustituido por una clase cualquiera de obreros o artesanos, un centro de fabricación o un organismo oficial. En su imagen del sistema ferroviario, compara a éste con las venas y arterias de un organismo; el beneficio capitalista lo compara al exceso de la nutrición sobre el desgaste que hace posible el crecimiento. 



     Spencer definía la evolución como un cambio de un estado de homogeneidad relativa, indefinido e incoherente, a un estado de heterogeneidad relativamente definido y coherente. Su principio de evolución abarca la totalidad del Universo y no sólo la sociedad y los seres vivos. El avance de lo simple a lo complejo, por medio de un proceso de diferenciaciones sucesivas, es visible por igual en los primeros cambios del Universo... en la evolución geológica y climática de la Tierra y en la evolución de cada organismo... También es visible en la evolución de la humanidad... de la sociedad con respecto a su organización política, religiosa y económica, y en la evolución de todos los productos de la actividad humana.

      A este principio de desarrollo por especialización de funciones agrega el de la supervivencia del más apto, que habría de convertirse, para los llamados darwinistas sociales, en la justificación del Capitalismo como sistema económico y del Imperialismo como sistema político.



Los empresarios capitalistas son los más aptos, mientras que los obreros están poco evolucionados y son débiles

     Su abierta defensa del Liberalismo económico y su condena al Cooperativismo, Socialismo y Comunismo parten de la creencia en la supervivencia del más apto y de que esto hará posible el crecimiento de la sociedad.

      Las actitudes racistas no fueron ajenas a Spencer. Los pueblos primitivos eran de menor estatura, menos inteligentes y más emocionales que los civilizados. El primitivo es equivalente al niño de la sociedad civilizada. No vaciló en creer y repetir algunas fábulas de viajeros: los bosquimanos no parecen sentir de ninguna manera los cambios más drásticos de temperatura... Los zulúes son como salamandras; mueven los tizones con los pies y sumergen las manos en el agua hirviendo... Los hombres de tipos inferiores sufren con mucha calma las operaciones más serias... es evidente que sus sufrimientos son menores que los que sentirían los hombres de tipos superiores. 



La “carga” del hombre blanco. Caricatura de 1899.

     Estas afirmaciones sugieren que la cultura y la tecnología de los europeos son prueba viviente de que sus miembros ocupan la parte superior de la civilización y la evolución humana. En contraste, los pueblos de otras regiones (por ejemplo, África y Asia), no compartían las mismas capacidades y, por tal motivo, estarían en una posición inferior o más cerca de las sociedades primitivas. 



     Esa interpretación, moralmente inaceptable,  fue defendida por las grandes potencias imperialistas. La divulgación de estas teorías serviría como la base de apoyo de las principales potencias capitalistas para promover el neocolonialismo dentro del área afroasiática. En definitiva, la ocupación de esos lugares fue colocada como una bendición, una oportunidad de sacar a esas sociedades de ese estado ‘primitivo’. El darwinismo social inspiraría los movimientos nacionalistas que elaboraban todo un cuerpo de argumentos capaz de conferir superioridad a un pueblo o nación.



     La palabra "spencerismo" es adecuada para dar nombre a las teorías bioculturales que se conocen por "darwinismo social". Es decir, que la Teoría de la Evolución propuesta por Spencer es la explicación en términos biológicos de la evolución sociocultural, cometiendo el error de explicar esta evolución teniendo en cuenta leyes naturales, y no, como posteriormente Durkeim mencionaría, teniendo en cuenta leyes sociales para explicar fenómenos sociales.

“…En lo más profundo del Darwinismo, con sus inamovibles principios, lo que subyace en realidad no es el intento de estudiar o comprender la Naturaleza, sino el espíritu que guiaba las argumentaciones de Malthus, Spencer y el mismo Darwin: la justificación de las diferencias sociales y entre países colonizadores y colonizados (o “civilizados” y “atrasados”). Y esto explica la magnífica acogida de los libros “científicos” encaminados en esta dirección, su gran difusión y el gran prestigio que adquieren sus autores

Máximo Sandin, bioantropólogo y profesor del Departamento de Biología
en la Universidad Autónoma de Madrid




     En sus Principles of bilogy, Spencer repasa las diferentes clasificaciones de los animales, desde las seis clases de Linneo hasta las cuatro ramas de Cuvier, la distinción de Lamarck entre animales apáticos, sensibles e inteligentes y los cuatro tipos de von Baer, ordenados en función de la simetría de su morfología (tipo periférico, macizo, longitudinal, doblemente simétrico). Analiza la superación progresiva del ordenamiento en serie rectilínea, siguiendo el modelo de la Scala naturae, y retoma el esquema propuesto por Huxley en sus lecciones en la Royal Academy en 1857, cuando, para expresar las relaciones existentes entre los diferentes grupos del reino animal, situaba dichos grupos en el extremo de cuatro o cinco radios que divergen del mismo centro. Véase figura de abajo.





El árbol de la evolución según Herbert Spencer, Principles of biology (1864), London, 2 vol, p. 303 del primer volumen

      Se supone que el punto central representa la forma simple, el origen común de todas las formas; el alejamiento del centro supone la distancia que separa a cada subdivisión del plano general del grupo. Spencer precisa que esta figura resulta insuficiente para representar todas las relaciones entre los animales, ya que “tales relaciones no pueden ser representadas en un espacio de dos dimensiones, se requeriría un espacio de tres dimensiones”.

      Observando con detenimiento, esta figura parece un árbol visto desde arriba, con las ramas dispuestas a modo de radios en torno a un “tronco” común (que no aparece representado). De hecho, algunas páginas más adelante, Spencer retoma la metáfora del árbol para defender la tesis de la evolución de las especies con argumentos propios de la embriología:

      “Si nos imagináramos los gérmenes de todos los tipos de organismos desarrollándose simultáneamente; tras haberlos observado en conjunto en una primera etapa, podríamos representárnoslos dividiéndose en dos mitades en la segunda etapa, separándose una de otra; si imagináramos mentalmente, en la etapa siguiente, que cada uno de esos grandes grupos se encamina hacia dos o más vías de desarrollo; si pudiéramos representarnos estas bifurcaciones simultáneamente, paso a paso, en todas sus ramas; entonces observaríamos que el resultado es muy parecido a un árbol por la disposición de sus partes.

      Si concibiéramos este inmenso árbol genealógico como un todo compuesto de un tronco, de grandes ramas, de ramas secundarias, y así sucesivamente, hasta los últimos ramilletes, reconoceríamos que las diversas especies de organismos, representadas por estos ramilletes terminales, forman la periferia del árbol, están unidas unas a otras formando pequeños grupos, a su vez unidos a otros grupos que están comprendidos en otros, y así sucesivamente.

      El árbol embriológico que representa las relaciones en el desarrollo de los organismos sería similar al árbol que simboliza sus relaciones de clasificación”  (Principles of biology 1864, London,)

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